LAS FOTOGRAFÍAS EN LA NIEVE
Conseguir fotografías correctas en la nieve no es tan fácil o tan simple como uno pudiera pensar. La dificultad tiene esencialmente una de estas dos causas:
La enorme cantidad de luz que refleja la nieve “engaña” a la cámara. Ésta ajusta sus valores automáticos de exposición (diafragma y velocidad) para compensar el exceso de luz. Con ello la foto queda oscurecida en mayor o menor medida.
La luz de montaña, al igual que la de playa, tiene mucha más cantidad de rayos ultravioleta que en otros lugares. El ojo humano no los percibe pero sí lo hace la cámara y las fotos toman un cierto dominante azulado.
Para solventar la primera situación basta corregir los ajustes automáticos realizados por la cámara compensando la exposición. Para ello es preciso que acciones una pequeña tecla con los signos + y -. Es conveniente hacer las fotos con valores de +1 o +2.
Como alternativa, si ponemos la rueda de la máquina que nos permite seleccionar los modos de la foto en la posición A, una vez que nos indique el valor de la apertura, hay que abrir un punto más el diafragma sin modificar la velocidad.
Y otra posibilidad más. Trabaja con una sensibilidad ISO baja (puede ser 100 o 64, si la cámara lo permite), con velocidad de disparo alta y con la prestación D-Lightning activada, si tu cámara la tiene.
Vamos con la segunda causa. Para eliminar el efecto de los rayos ultravioletas es necesario utilizar un filtro, cosa que sólo es posible en las cámaras reflex, pero no en las compactas o en las de formato “plano”. Hay que emplear filtros UV o skylight. Su uso es muy conveniente porque reducen o eliminan ese dominante azul. También podemos utilizar un filtro polarizador para reducir los reflejos y aumentar la saturación de los colores. También podremos eliminar el efecto azulado utilizando un filtro rosado denominado 80 A.
Si realizas fotografías de personas en la nieve, en formato de retratos o de plano medio, es conveniente que utilices el flash. El entorno es tan luminoso que el fotómetro de la máquina ajusta la exposición dejando las caras muy subexpuestas.
Y todo eso en buena teoría. La práctica y los errores te enseñarán cuál es la mejor solución para cada situación (Recuerda que repetir las tomas con una cámara digital se hace prácticamente a costo cero). No pierdas de vista que el factor luz es fundamental en fotografía. No es lo mismo trabajar con un cielo nublado que a pleno sol. Ten presente que la hora del día en la que realices tus fotos es determinante. Las horas centrales del día no son las mejores, sobre todo si retratas personas. Son muy eficaces las primeras y las últimas horas de luz. Estas suelen dar a la nieve de las montañas un sugestivo tono rosáceo.
Las actuales cámaras digitales, en constante evolución, incorporan nuevas prestaciones que ayudan a obviar estos problemas. No pocas te permiten colocar la rueda selectora en la posición “escena” y hecho esto, seleccionar “nieve” o “playa”. Ante cualquier duda mantenla en la posición AUTO (automática).
Si dispones de una buena cámara reflex que te permita utilizar el formato RAW, úsalo. La calidad de las fotos que obtendrás es muy superior a la que da el formato JPG. Los fotógrafos de nivel trabajan prácticamente sólo con ese formato.
Por último, no olvides que los programas de corrección de imágenes, de los cuales Photoshop es un buen ejemplo, te permiten paliar o subsanar totalmente algunos errores, pero no siempre logra milagros.
¡Buena nieve, buena suerte y buenas fotos!
José Manuel Aguirre
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