Olivetianos en Acción
FUIMOS FELICES, UNA VEZ MÁS
El acto del pasado 23 de octubre en Barcelona, "IV Encuentro Olivetianos", fue todo un éxito.
¡Sed felices! ¡Aprovechad las magníficas horas que tenemos por delante! Las palabras con las que Eusebio Calvo, presidente de la Peña Olivetianos, cerró su parlamento tenían tono y forma imperativos. No hacía falta. Todos los que acudimos al IV Encuentro de los olivettianos españoles íbamos con la determinación total de ser felices y hacer felices a los demás. Sin mérito alguno para nadie porque era muy fácil para todos. Teníamos muchas ganas de reencontrarnos. Para muchos ya habían transcurrido dos años desde la última vez que nos vimos. Para algunos, bastantes más.
La reunión del pasado 23 de octubre resultó bien. Me atrevo a decir que muy bien. Emocionante, entretenida y participativa. Desprovista de la carga institucional que tuvo la anterior, la comunicación entre nosotros fluyó con mayor espontaneidad y libertad, sin más límites que los impuestos por la tiranía del tiempo.
Ya el día anterior, cuando los organizadores estaban en el hotel en plena tarea de asegurar que todo saliera bien, empezó la fiesta. Llegaron los primeros compañeros y nos dimos los primeros abrazos.
Al día siguiente, mucho antes de la hora establecida en el programa, la animación en el salón de reunión era ya grande. Había tanto que contar, tantos abrazos que repartir, tantos recuerdos por compartir y tantos nietos de los que hablar. Nuestra entrañable Maite Miró nos había investido de la preceptiva credencial y nos había entregado la pertinente bolsa con la documentación del Encuentro y algún regalito, todo ello patrocinado por Olivetti España.
El ya habitual sonido de un timbre nos convocó a asistir a la parte formal de la reunión.
Jordi Calvet actuó de maestro de ceremonias e inició la jornada. A lo largo del día dirigió el encuentro con su habitual eficacia y buen hacer y todo procedió alegremente y según lo previsto.
Empezaron luego los parlamentos. Aunque los organizadores se habían impuesto brevedad en los parlamentos, hemos de hacer autocrítica y reconocer que un algo nos excedimos. Y es que, como nos decía nuestro inolvidable Manuel López Río: “Los que nos ganamos la vida hablando…” Eusebio Calvo abrió en Encuentro y dio la bienvenida a los asistentes y agradeció su presencia. José Manuel Aguirre recordó brevemente los anteriores encuentros y pasó luego a explicar esos nuevos instrumentos de comunicación que son Peña Olivetianos y NetOli. Explicó la naturaleza y los objetivos de cada uno de ellos y animó a todos a inscribirse formalmente en la Peña y a utilizar de manera fácil y frecuente los nuevos canales de comunicación: Peña Olivetianos cuando queramos dirigirnos a todo el grupo y OliNet cuando lo queramos hacer persona a persona, al igual que hacemos en cualquiera otra red social.
A continuación, Juan García Dolz complementó lo dicho con una demostración práctica, utilizando los audiovisuales oportunos, de cómo registrarse para entrar en los nuevos sitios y cómo utilizarlos.
Cerró los parlamentos Ignacio Esteve, actual director general de Olivetti España. Con sentidas palabras agradeció el haber sido invitado al acto, destacó el carácter singular de los olivetianos y manifestó: “Estoy aquí por emoción, que es la del cariño, y no por coacción u obligación histórica”. Declaró su voluntad de ser y sentirse un olivetiano más.
A continuación, Jordi Calvet hizo público el fallo del jurado en los concursos literarios y fotográficos. Ambos tuvieron una buena participación, con predominio de la calidad en ambos campos.
Terminada esta parte del encuentro, se sirvió un aperitivo. Aumentó el tono de las conversaciones. Los pequeñas grupos se formaban y deshacían con facilidad. Al cruzarse la mirada con la de alguien al que todavía no se había podido saludar, uno se desprendía de su grupo y se integraba en otro. Se nos veía felices. El objetivo del encuentro se estaba cumpliendo.
Pasamos luego al salón comedor. Josep Jordi Seluy había resuelto previamente el difícil sudoku de distribuirnos en 10 mesas a los 91 olivetianos asistentes procurando que todos quedaran contentos por compartir manteles con sus compañeros. Si entráis en Peña Olivetianos encontraréis en ese sitio la lista de los componentes de cada una de las mesas que, a la postre, es la de los asistentes al IV Encuentro.
La comida transcurrió con animadas y alegres conversaciones. Llegó luego uno de los momento más emotivos de la fiesta: el brindis. Seguro que cada uno formuló en su fuero interno los mejores deseos para todos los demás.
Y a continuación…¡la sorpresa! Estaba anunciada pero no se había dicho en qué consistiría. Sin apenas conceder reposo a las emociones anteriores, irrumpió en la sala un extraño personaje, saludando a todos con grandes aspavientos, y acompañado por una bella partenaire (luego supimos que era su hija). Se presentó como el Mago Selvin y nos dijo que con su presencia allí quería contribuir a la brillantez de la fiesta y proporcionarnos una divertida sobremesa. Y a fe que lo consiguió. En cierto momento nos informó de que, en sus comienzos, había conocido a nuestro compañero Víctor Martí, también mago. Era un componente del grupo Abracadabra y trabajaba en nuestro departamento de publicidad. Desapareció prematuramente en un accidente de tráfico.
La actuación del mago – efectivamente una sorpresa - fue de lo más sorprendente, trepidante y divertida. Sin dejar que la atención del público decayera en ningún momento desplegó ante nuestros ojos una amplia variedad de trucos que hicieron las delicias de los asistentes. Para la realización de cada uno, recabó la colaboración de alguno de los olivettianos. Hasta cuatro llegó a tener a la vez en escena. Cada gag era más divertido que el anterior. Nos lo pasamos a lo grande. El mago colaboró en el rápido sorteo de regalos (entre ellos tres paletillas, tres) también en la entrega de los premios del concurso fotográfico y del concurso de la adivinanza del Euro publicado en el área de la Peña Olivetianos de la web. El final de su actuación fue apoteósico. Con la colaboración de nuestro amigo Antonio M. Torres, de Zaragoza, montó un número de aparente ventriloquia en donde Antonio actuaba como simulado muñeco (a la manera de los de J. L.Moreno) cantando una canción de Antonio Molina. Fue el no va más. Una larga y nutrida salva de aplausos fue la muestra inequívoca de lo bien que lo habíamos pasado y de lo mucho que nos habíamos divertido.
Después de tanto jolgorio, tocaba ponerse serio. Jordi Calvet, el maestro de ceremonias, micrófono en mano, invitó a un compañero o compañera de cada una de las mesas a que manifestara cuanto y como creyera conveniente. Se suponía que tenía que haber sido algo espontáneo. Sin embargo, alguno llevaba su parrafito escrito como ocurre a veces en determinadas ceremonias de entrega de premios.
Particularmente emotiva fue la intervención de nuestro compañero Mario Sorribas. La emoción (aún muy abiertas las heridas producidas por la reciente pérdida de su esposa) le impidió terminar su parlamento. Un cerrado y cariñosísimo aplauso le ayudó a levantar el ánimo. Cuando le llegó el turno a Enrique Puig, persona de fina ironía y buen decir, nos manifestó su asombro al verificar que casi todos los olivettianos masculinos allí presentes peinaban evidentes canas o lucían una rotunda calvicie, signos evidentes del paso de los años. Por el contrario, nos dijo, constataba que las féminas se conservaban espléndidamente y lucían como otrora su belleza y galanura, inmunes al calendario. Nadie le contradijo y todos rubricaron sus palabras entre risas y aplausos. Maria Teresa Subils, activa defensora de los derechos de los ciudadanos que le son más próximos, nos dejó sabias y sentidas palabras.
Habían pasado unas horas vividas con alegría, relajamiento y, a pesar de todo, un punto de nostalgia. Cumplimos a la perfección y sobradamente la consigna de Eusebio. Nos había dicho: ¡Sed felices! Y lo fuimos sobremanera.
Cerró el encuentro José Luis Varas. Las despedidas casi siempre son tristes. Él consiguió que aquélla no lo fuera. Cuando empezó a hablar, su mirada fija ya en el futuro, nos anunció la oportunidad y la intención de que el V Encuentro de los Olivetianos españoles se celebre en Madrid. Allí tenemos un nutrido grupo de compañeros. Con el soporte que pueden darnos y con la experiencia adquirida aquí no debiera haber dificultad alguna en organizar allí la fiesta, sin que pase mucho tiempo.
A la hora de la despedida y de los últimos abrazos e intercambio de buenos deseos, algunos decían que el hecho de que se preparara una reunión en Madrid, abierta por supuesto a todos, no debiera ser óbice para que los Encuentros en Barcelona no perdieran su carácter bienal
Hasta la próxima, ¡sed felices los años por venir!
José Manuel Aguirre
Barcelona, 10 de noviembre de 2010
Hemos preparado la galería gráfica del evento.
Los que queráis colaborar con fotos o comentarios podéis hacerlo a través de olivetianos@olivetianos.es
Las mejores fotos del IV Encuentro Olivetianos
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