Olivetianos en acción

Libros y Cine

 

Por J. L. Varas.

Literatura y cinematografía; historias que nos interesen, que nos emocionen, que nos hagan pasar un buen rato.

Referencias comprobadas, buenas obras a mi criterio; explicadas para que puedas elegir lo más próximo a tus intereses.

Presentadas siempre junto a la obra de un creador: el autor en el caso de un libro; el director, un actor, el guionista  o cualquier especialista que participe en el caso de una película.

Ese es mi propósito en esta sección. Espero que las opiniones de todos vosotros sirvan para establecer un juicio más amplio que el mío, que será necesariamente limitado.

No hay otra opción tan lúdica y tan efectiva para entender el mundo, como la literatura y el cine.

 

libros

Los dos últimos libros de Henning Mankel: “El chino” y “El hijo del viento”, no son los más representativos del autor sueco, pero no me cabe ninguna duda de que su extensa obra está siendo una fuente de placer para innumerables lectores, por lo que creo merece la pena traerlo aquí con ocasión de la aparición de esas nuevas novelas.

Mankell está clasificado como autor de novela negra. La mayoría de sus obras se inician con un acontecimiento delictivo, que es un misterio que se debe aclarar. Un personaje humano y lleno de matices, el inspector de policía  Kurt Wallander, es el encargado de la investigación. La trama policíaca y las peripecias de Walander le dan pie al autor para reflexionar sobre numerosos aspectos de nuestro tiempo. Las dos últimas novelas no incluyen ese personaje.

HENNING MANKELL

MANKEL

Henning Mankell (Estocolmo, 3 de febrero de 1948). Escritor y dramaturgo sueco, reconocido internacionalmente por su serie de novela negra sobre el inspector Wallander.

Inició su carrera literaria como dramaturgo, aunque más tarde se convertiría en autor de fama mundial, gracias a sus novelas policíacas protagonizadas por el inspector Kurt Wallander. Este personaje con problemas de salud, angustiado por los cambios políticos y sociales, y obsesionado por las dudas sobre su futuro como policía y siempre experto en el rastreo del criminal, lo han convertido en uno de los protagonistas de novela negra más leídos en el mundo entero. Ha publicado obras de teatro, narraciones infantiles y más de veinte novelas. Henning Mankell en la actualidad, es director del Teatro Avenida de Maputo (Mozambique).

Está casado con Eva Bergman, hija de Ingmar Bergman.

Mankell fue galardonado en noviembre de 2006 con el Premio Pepe Carvalho, que reconoce a autores de prestigio y trayectoria reconocida en el ámbito de la novela negra.

http://www.henningmankell.es/prensa/PRENSA_PREMIO_PEPE_CARVALHO.pdf

 

La obra.

Otras novelas policíacas de Mankell traducidas al español son:

Otras novelas de ficción también traducidas son: Profundidades (Djup, 2005) y Zapatos italianos (Italienska skor, 2006).

Además, Mankell es director del Teatro Nacional de Mozambique, así como autor de una serie de libros situados en África, como Comedia infantil y escritos desde la perspectiva de un niño, con una sutileza y magia desbordante a pesar de lo duro de los temas que trata. 

EL CHINO

Andanzas

El chino

Mankell, Henning

 

01/11/2008

ISBN: 978-84-8383-095-6

480 pág.

19,23 € (IVA no incluido)

El chino - Henning Mankell - Tusquets Editores

El chino no es la tópica novela de crímenes y perspicaces sabuesos. Además de las habituales referencias internas suecas: la conmoción que supuso el asesinato de Olof Palme, la pérdida y añoranza del estado del bienestar, la nueva realidad social y multicultural del país... encontramos una reflexión crítica, solidaria ("la solidaridad es el eje de mi acción", según el autor) y ética sobre nuestro planeta globalizado.

"El mundo es peor que antes...", afirma la protagonista, y ésa parece ser la tesis de Henning Mankell. Los antiguos ideales de la izquierda europea que pretendían cambiar el mundo duermen ahora en el baúl de los sueños rotos. En nuestros días no sólo persiste la violencia, o se siguen despreciando los derechos humanos (en China, pero también en Estados Unidos y en Rusia), sino que además el capitalismo salvaje provoca nuevas formas de colonialismo y una mayor desigualdad entre los humanos.

Interesante novela a la que sólo cabe hacer una pequeña crítica. Las reiteradas alusiones históricas a la revolución maoísta y a la actual lucha de poder dentro del Partido Comunista Chino hacen que el ritmo de la narración se resienta en más de un momento.

Sinopsis:

Una helada mañana de enero de 2006, un fotógrafo hace un descubrimiento aterrador: en el pueblecito sueco de Hesjövallen aparecen brutalmente asesinadas diecinueve personas. La policía sospecha que es obra de un perturbado; pero la jueza Birgitta Roslin, que se interesa por el caso en cuanto sabe que entre las víctimas figura la familia adoptiva de su madre, sostiene otra teoría. Una cinta de seda roja encontrada en la nieve le pone en la pista de un sospechoso llegado de fuera, y de una inquietante trama oculta que parece arrancar en Pekín. Birgitta ignora que todo se remonta a una vieja historia del año 1860, cuando miles de chinos fueron llevados a Estados Unidos a trabajar casi como esclavos en la construcción del ferrocarril en la costa oeste. Las consecuencias de esa dramática odisea, encarnada en los descendientes de los hermanos Wu, San y Gou Si, llegan hasta la conflictiva pero poderosa China del siglo XXI, donde cruentas luchas de poder en el seno del Partido Comunista Chino están decidiendo el futuro del país a las puertas de los Juegos Olímpicos. Pero su persecución del asesino, en solitario y al margen de la policía, se interrumpe en cuanto Birgitta siente en la nuca el aliento frío de quienes quieren acabar con su vida.

Para una lectura breve del inicio de la novela, entrar en la siguiente dirección de la editorial Tusquets, editora de la citada novela.

http://www.henningmankell.es/lecturas/Lectura_El_chino.pdf


 

cine

 

Los premios OSCAR que otorga cada año la academia americana, son siempre una buena ocasión para ponerse al día de las carreras profesionales de la gente del cine, sobre todo americana, pero también del resto del mundo. Es una forma rápida, para los que no suelen seguir al día el mundo del cine, para confeccionarse una lista de creadores que hay que seguir y de obras que no hay que perderse. Obviamente es aconsejable, para el mismo fin, no olvidarse de otros magníficos festivales que nos darán, en conjunto, una visión más completa de lo que pasa en ese mundo.

Ver detalles en: www.oscar.com

Una de las actrices premiadas este año es la inglesa Kate Winslet. Recientemente hemos podido ver en nuestros cines dos películas en las que interviene: The Reader, por la que está premiada y Revolutionary Road, también un magnífico film.

El Oscar pone de manifiesto la gran valía de esta actriz y me atrevo a añadir: y auténtica mujer.

Kate Winslet

 The reader. El lector    

     

Biografía (wikipedia)

Primeros años

Kate Winslet nació el 5 de octubre de 1975 en Reading (Reino Unido), en el seno de una familia de actores de teatro. Por ello no es de sorprender que se despertara en ella inquietudes artísticas: a los 13 años ya hacía representaciones de danza. Dicha vocación la tuvo que compaginar con sus estudios en el instituto -en el cual los compañeros de clase la insultaban bajo el apelativo «bola de grasa»- y su trabajo como charcutera.

En 1994, Peter Jackson le ofreció su primera oportunidad con Criaturas celestiales, en la que Kate interpretó a Juliet, una adolescente enamorada de una amiga cuya madre había sido asesinada por las dos. A ese título se le sumó Sentido y sensibilidad (1995). Bajo la dirección de Ang Lee, Kate encarnó a la enamoradiza e impulsiva Marianne Dashwood, quien tras un choque de frente con la realidad se veía obligada a madurar. Desde esos momentos, se asoció durante un tiempo el rostro de la actriz a cierto ideal de romanticismo y de heroína clásica. Así en Jude, basada en la obra de Thomas Hardy, defendió el papel de Sue, una mujer pobre madre de dos hijos, acostumbrada a pasar todas las miserias. Kenneth Branagh contó con ella para su versión de Hamlet, en la que Kate pudo ponerse en la piel de Ofelia, profundamente enamorada del príncipe danés y cuyo rechazo le impulsaba primero a la locura, y después a una trágica muerte.

Entre estos dos últimos rodajes, Kate recibió el BAFTA a la mejor actriz de reparto y el premio del Sindicato de Actores en la misma categoría, así como su primera candidatura al Oscar por Sentido y sensibilidad. A pesar de ser derrotada por Mira Sorvino, su nombre empezó a ser popular.

Titanic

Un día James Cameron le envió el guión de Titanic. Antes de decidirse, Kate se reunió con Emma Thompson, con quien había trabajado en Sentido y sensibilidad. Emma, al término de la lectura del guión, le dijo a Kate: «Cariño, esto lo tienes que aceptar». De esta manera Kate se incorporó al rodaje de una película producida por dos grandes estudios. En ella la actriz componía a la heroína romántica que deshacía las estrictas reglas de la sociedad de la que formaba parte para empezar a vivir su propia vida, para sobrevivir primero al naufragio del barco y conservar su espíritu independiente. Kathy Bates, Billy Zane, Leonardo DiCaprio, Frances Fisher y Gloria Stuart la acompañaron en un viaje a cuyo término, Kate recibiría su primera candidatura al Oscar a la mejor actriz. Durante la ceremonia, Kate vio subir a la platea a todo el equipo de la película, siendo su candidatura de las pocas que perdió el filme. Tan fuerte fue el impacto de Titanic que Kate quiso pasar desapercibida en sus futuros filmes; tanto así que en la película Esto no se puede quedar así interpretó a un árbol.

Años de tranquilidad

Durante un tiempo Kate Winslet se centró en su relación afectiva con su primer marido, Jim Threapleton, lo que condujo a rechazar los papeles llevados a cabo por Gwyneth Paltrow y Jodie Foster para, respectivamente, Shakespeare enamorado y Ana y el rey. Kate regresó a la gran pantalla con Jane Campion en Holy Smoke, donde Kate interpretó a una joven atrapada por una secta.

El año 2000, trajo a Kate muchas satisfacciones de varias índoles. El 12 de octubre nació su hija, Mia Threapleton. Editó el disco Listen to the Storyteller, el cual le valió un Grammy como Mejor Disco Hablado para Niños (Best spoken-word album for children). Además en el 2001 tuvo una canción hit en Reino Unido llamada What If? que alcanzó el número 6; esta canción es un soundtrack de la cinta A Christmas Carol en la que ella prestó su voz para un personaje. Por si fuera poco obtuvo una candidatura a los Premios del Sindicato de Actores por su papel en Quills, donde encarnó a Madeleine, una mujer enamorado del Abad du Coulmier (Joaquín Phoenix), cuya moral estrictaba derribaba con su sensibilidad y con su obstinación para que el Abad disfrutase del poder subversivo de la literatura.

En 2001 se divorció de su marido y se convirtió en la pareja de Sam Mendes. Ese mismo año compartió personaje con Judi Dench en Iris, cinta sobre la descomposición de la memoria de Iris Murdoch. Si Judi Dench recreó las vivencias de la escritora mientras la Enfermedad de Alzheimer la iba destruyendo poco a poco, Kate ofreció una imagen de intelectual, vivaz, independiente, liberada sexualmente, que compaginaba amantes masculinos con femeninos por igual, y que se sentía atraída intelectualmente por el escritor John Bayley, con quien acababa casándose. Las dos actrices obtuvieron sendas menciones en los Oscar del año siguiente.

Para entonces Kate ya había rodado Enigma, reincidiendo en ese nuevo repertorio de mujer independiente e inteligente, que en esta ocasión descrifraba con la máquina enigma las comunicaciones de los nazis.

Finalizada esa película y La vida de David Gale, Kate Winslet detuvo su carrera para volver a disfrutar de la maternidad. En 2003 nació su hijo Joe Mendes.

De nuevo en auge

Una vez reasentada en la vida laboral, Kate estrenó dos películas. En la primera, Descubriendo Nunca Jamás, interpretó a una viuda con varios hijos que, enferma mortalmente y renunciando a cualquier tratamiento médico para no sufrir, se enamoraba del escritor James Matthew Barrie. El director Marc Foster escenificó la muerte del personaje haciendo entrar literalmente a la actriz en El país de Nunca Jamás. En la segunda película ¡Olvídate de mí! (Eternal Sunshine of the Spotless Mind), ofreció varios registros de un mismo personaje, Clementine, una impulsiva mujer que decide borrar los recuerdos de su anterior noviazgo.

En 2006, estrenó Juegos secretos (Little Children), la nueva versión de El político y The Holiday, resultando candidata al Oscar, al Premio del Sindicato de Actores y al Globo de Oro como Mejor Actriz por la primera, lo que la convirtió en una de las actrices mas nominadas en la historia de los Premios de la Academia.

En 2008 estrena la película Revolutionary Road, dirigida por su marido, Sam Mendes, y que protagoniza junto a Leonardo DiCaprio en el que supone el reencuentro de la pareja cinematográfica tras la exitosa Titanic con la cual ganó el Golden Globe a Mejor Actriz Drama. En este año también estrena The Reader, película dirigida por Stephen Daldry (realizador de Billy Elliot y de Las Horas) y protagonizada, además de la propia Winslet, por Ralph Fiennes, David Kross, Alexandra Maria Lara y Bruno Ganz por lo cual también recibió en la misma ceremonia el Golden Globe a Mejor Actriz Secundaria.

Hizo historia al ganar dos Golden Globe en una misma noche. Notablemente shokeada al ganar sus premios, a la hora de agradecer el de Mejor Actriz Dramática se lo dedicó a su mejor amigo y compañero de reparto, Leonardo DiCaprio. «Quiero darles las gracias a dos de los hombres mas importantes para mi (...) A Leonardo, que lo amo (...) Leo, no tienes ni la menor idea de cuanto te amo y de cuanto te he amado estos trece años!!! Tu actuacion es simplemente excelente!» dijo entre lágrimas, a lo que agregó: «A ti Sam, te amo, mi amor, gracias por tu apoyo (...) y a mis queridos hijos.»

El 22 de febrero del 2008, recibió su 6º nominación al Oscar, como Mejor Actriz por The Reader.

Director:

Stephen Daldry

Personaje:

Hanna Schmitz

Actores:

David Kross, Ralph Fiennes, Karoline Herfurth, Hannah Herzsprung, Bruno Ganz

Sinopsis:

Michael Berg tiene quince años. Un día, regresando a casa del colegio, empieza a encontrarse mal y una mujer acude en su ayuda. La mujer se llama Hanna y tiene treinta y seis años. Unas semanas después, el muchacho, agradecido, le lleva a su casa un ramo de flores. Este será el principio de una relación erótica en la que, antes de amarse, ella siempre le pide a Michael que le lea en voz alta fragmentos de Schiller, Goethe, Tolstói, Dickens... El ritual se repite durante varios meses, hasta que un día Hanna desaparece sin dejar rastro. Siete años después, Michael, estudiante de Derecho, acude al juicio contra cinco mujeres acusadas de criminales de guerra nazis y de ser las responsables de la muerte de varias personas en el campo de concentración del que eran guardianas. Una de las acusadas es Hanna.

Género:

Drama

Web:

http://www.katewinslet.es/thereader

Crítica

Antes de comenzar: si The reader (El lector) no es una de las mejores películas del año, poco le falta. El problema es, precisamente, que parece demasiado consciente de ello. Un tema grave, emociones profundas y conflictos irresolubles se pasean por el film de Stephen Daldry a sabiendas de su propia hondura en una trágica tela de araña, exquisitamente desarrollada, que plantea desde amores prohibidos y traiciones hasta el sentimiento de culpa que define la identidad de toda una nación.

Lo que El lector plantea tiene mucha tela: Stephen Daldry pregunta al público si el amor, o más bien, el vacío y las heridas que éste deja después de aparecer y (de forma inevitable) marcharse, pueden pasar por encima de la mayor tragedia que la humanidad recuerda, es decir, el Holocausto nazi. La culpa y el perdón son las dos emociones que condicionan las vidas de los protagonistas, todo parece destinado a vivir y morir bajo ellas. El horror de dicho episodio histórico es tratado en el film como si de un fantasma se tratase, sin ser nombrado directamente pese a su evidencia, pero determinando, de forma absoluta y tajante, todas y cada una de las acciones de unos protagonistas corroídos por el deber, la culpa o la soledad.

En este contexto, Daldry se vale de unos actores en estado de gracia. Es obvio ya alabar la labor de Kate Winslet, actriz que está atravesando uno de sus mejores años, lo que no es decir poco. Su Hanna Schmitz es tan misteriosa como bella, tan ambigua como atormentada, tan hosca como necesitada de amor, (su reaparición a mitad del metraje, cuando la cinta desvela su giro argumental, es simplemente terrorífica). La intérprete aporta una gama increíble de matices a un personaje lleno de secretos: simplemente, apreciar momentos como aquel en el que escucha un coro de niños en una Iglesia, o cómo aprende a leer durante los compases finales de la película, eleva a El lector por encima de cualquier exigencia previa. Sorprende también el joven David Kross, que lleva sobre sus hombros el peso de gran parte de la película más aún que la protagonista de Titanic. Y lo hace con una convicción y solidez fuera de toda duda. Fiennes, como es habitual en él, aprovecha cada segundo en pantalla para acabar de trazar el arco que los anteriores dejan incompleto.

¿Todavía no les recuerda a Las horas, anterior película de Daldry?. Si acaso no fuera suficiente, la música de Nico Muhry, discípulo de Philip Glass, acaba de redondear un drama dispuesto a llevar al espectador al precipicio de la amargura: a pesar de sus acciones, ninguno de su personajes es un monstruo. Ninguno de ellos es fácil de condenar. Y el resultado deja al espectador casi sin aliento. 


Revolutionary Road

Director:

Sam Mendes

Personaje:

April Wheeler

Actores:

Leonardo DiCaprio, Kathy Bates, Zoe Kazan, David Harbour, Michael Shannon

Sinopsis:

En 1955, un matrimonio con dos hijos pequeños, cansados de su trabajo rutinario en la ciudad él, y ella de ser ama de casa, proyectan romper con todo e instalarse en Europa. Pero nuevas perspectivas laborales para el marido y la espera de un nuevo hijo aconsejan rechazar tan tentador y revolucionario cambio. Yates retrata el estilo americano de vida en tonos ácidos, haciendo ver que tras la prosperidad y el confort hay un conformismo que traiciona los viejos ideales que dieron vida a Estados Unidos como nación.

Género:

Drama

Web:

http://www.katewinslet.es/revolutionaryroad

Crítica

Por Mirito Torreiro (Fotogramas)

Es conocida la afición que Sam Mendes tiene por la adaptación literaria, que a quien esto firma no le vuelve loco; ni tampoco esa predisposición suya a dejarse llevar por la letra impresa para estructurar sus películas. Sobre todo, porque hay en ellas un engañoso gusto por pulir todas las aristas de la puesta en escena, hasta convertir a sus criaturas en relumbrantes artefactos con mucho diálogo y con temáticas fuertes, como el fracaso, que en realidad solo gustan, me temo, a públicos despistados. Es lo que parece ocurrirle también aquí, aunque en esta ocasión, y a diferencia de, por ejemplo, American Beauty o incluso de la más interesante Jarhed, la fuerza de la novela que está en su base, obra de uno de los más brillantes y corrosivos escritores americanos del siglo XX, Richard Yates, puede con cualquier remilgo.

Descripción de la aparente felicidad de suburbio de lujo de una pareja que parece tenerlo todo en la vida, Revolutionary Road es en realidad el revés del sueño americano, ese momento casi intangible (esa decisión que se debe adoptar sin quererlo) en que la promesa de felicidad se convierte sencillamente en drama, horror y muerte. Es un poco relamida, un bastante convencional en su academicismo; pero es también un sólido drama apoyado en interpretaciones prodigiosas (para comenzar, la de Kate Winslet) y hasta un esmerado vehículo para la obtención de unos cuantos Oscars: lo veremos en un par de meses.


Déjame Entrar

(Lat den räte kommain) es una película del sueco Tomas Alfredson, basada en una novela de John Ajvide Lindqvist, también sueco, novelista de novelas de terror.

John Ajvide Lindqvist (Blackeberg, Suecia, 1968) es, en palabras del secretario de la Academia Sueca, uno de los autores europeos contemporáneos más prometedores. Aunque encuadradas en el género de terror, por la calidad de su estilo, la originalidad de sus tramas y su peculiar y lúcida visión del mundo contemporáneo, sus novelas están llamadas a convertirse en auténticos clásicos. Ha recibido excelentes críticas tanto en Suecia como en los diferentes países donde se han traducido sus obras. 

Título: Déjame entrar

Fecha de Publicación: Febrero 2008.

Autor: John Ajvide Lindqvist.

Editorial: Espasa.

La película de Tomas Alfredson es una historia de vampiros, tan romántica, sórdida, desesperada y arrebatadora como requiere el mito. También es una desaforada historia de amor entre niños monstruosos.

Probablemente os pase lo mismo que a mí y no os interesen nada las películas de vampiros. Pero cometeríais un gran error si por ese perjuicio no la vais a ver. Es una película excelente. Prueba de ello son los numerosos premios que ha obtenido desde su estreno en el año 2008.

En Déjame entrar, Oskar, un niño de doce años víctima de acoso escolar que recorta y pega sus sueños de violencia, conoce a Eli, la enigmática niña que acaba de mudarse al piso de al lado y que quizás hace doscientos años que tiene doce años. La historia de amor que nace entre estas dos soledades tiene más capas de las que soñaría el psicoanalista más infatigable. Alfredson logra enaltecerla mediante una película que no es sólo buena: es única e importante, perturbadora, bellísima y brutal. Es romántica, tiene elementos de violencia y sobrenaturales, y transcurre en 1982 en Blackeberg, un suburbio de Estocolmo. Narra una historia de adolescencia, de amistad, rechazo y lealtad, por un lado perturbadora y oscura pero también poética e inesperadamente tierna.

Déjame entrar

Déjame entrar, inspira nostalgia, pero sobre todo porque Eli, su protagonista preadolescente, debe considerarse una chupasangres de la vieja escuela, y no una personificación posmoderna de la sexualidad prohibida o un alma angustiada aplastada bajo el peso de la culpa, como tantas encarnaciones vampíricas recientes: Eli bebe sangre, no debe exponerse a la luz del sol, tiene la piel fría como el hielo, puede volar y escalar paredes y su mordedura mata o infecta a sus víctimas. Qué tierno es el paraíso perdido de la niñez.

La película del sueco Tomas Alfredson, cima expresiva del del mito del vampirismo adolescente, convierte a esa chica de colmillos afilados en la compañera ideal de su vecino Oskar, que sufre la solitaria enajenación propia de la juventud. Él juega con un cuchillo y sueña con matar a todos los que lo atormentan, mientras ella mancha las paredes a base de salivazos de sangre.

Es peligrosa, pero muy educada. Como buena vampiro, no entrará en casa a la que no haya sido invitada.

Crítica

EL PAIS - Jordi Costa

Alfredson logra una película que no es sólo buena: es única e importante, perturbadora, bellísima y bruta

EL PERIÓDICO - Quim Casas

No es solo una gran película; posiblemente es la mejor película de vampiros rodada en mucho tiempo.

FOTOGRAMAS - Jordi Batlle Caminal

Nos seduce por la elegancia de su exposición: un admirable tono realista, una narración pausada, sin prisas pero sin pausas y un humor sarcástico y en sordina.


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