Olivetianos en acción
Semana Santa en Sevilla
por Pablo Yagüe.
Me consta que en el colectivo de Olivetianos, con tiempo disponible y ganas de utilizarlo, existe una cierta predisposición a efectuar desplazamientos de ocio, posiblemente para resarcirnos de los muchos que hicimos en su día por trabajo, en los que salvo la estación del tren , el aeropuerto, y poco más , no nos enterábamos de nada sobre la ciudad que visitábamos. Bueno, en honor a la verdad, de gastronomía si que se aprendió algo.
Por ser muy reciente, la última escapada que he realizado, dedicare esta primera parrafada a comentar el viaje a Sevilla durante la pasada Semana Santa.
Hace ya algunos años que dedicamos, con mi mujer y unos amigos, unos días al año para disfrutar del maravilloso espectáculo, entre religioso y folclórico, que es la Semana Santa Sevillana.
La primera vez planteamos el viaje con la idea de ver algo seguramente interesante de conocer, y recordar, sin más, como algo agradable y diferente. A partir de esa primera ocasión, hace ya unos diez años, salvo por causas de fuerza mayor hemos acudido cada año a Sevilla.
La Semana Santa se vive, a poco que uno profundice, con un sentimiento y un respeto como en pocas celebraciones, que conozco, se tiene. Os aseguro que en los dos últimos años los problemas que se tuvieron a causa de la lluvia nos afectaron profundamente, sentimos como muy nuestro el dolor de las Cofradías que no pudieron procesionar.
El viaje lo hicimos en coche desde Barcelona, salimos a primera hora del Martes Santo, con la idea de viajar sin prisas pero sin pausas.
La ruta que he seguido, en los últimos años ha sido, Barcelona-Valencia- A3 dirección Madrid hasta la salida 181 y dirigirme a Manzanares a través de la N310, allí se toma la nacional A 4 y sin dejarla hasta el destino, Sevilla la maravilla.
Había revisado de nuevo la ruta utilizando la Web de Michelín, la de Repsol, y por último la de Google. Las tres guías me indicaron que tomara la A43, autopista de Valencia a Extremadura. Pues bien esta autovía sigue sin acabar y se corta poco antes de Villarrobledo, tal como se encontraba el pasado año.
Ya sabéis si usáis esa ruta es buena, pero incompleta. El resto del recorrido todo bien.
Una vez en Sevilla, problema que era de esperar, no pudimos llegar al hotel por culpa de unas procesiones. Falta de previsión, que se la hará, y eso que no era el primer año que acudíamos a Sevilla en esas fechas.
Pero salvo esos dos “imprevistos” todo perfecto, el tiempo este año fue magnifico, las procesiones no tuvieron problema alguno es sus recorridos, lo que nos permitió ver las que nos interesaban en los lugares elegidos, y disfrutar de ellas como hacia tiempo no habíamos podido.
Asistir a la salida de la cofradía de Los Gitanos, el Jueves por la tarde, y coincidir de nuevo a las nueve de la mañana siguiente con el paso del Señor de la Salud, en la Plaza del Cristo de Burgos es algo inolvidable.
Cristro de los Gitanos y la Virgen de las Angustias de los Gitanos.
Muy emocionante es ver la procesión de La Macarena en las estrechas calles adyacentes al Palacio de Dueñas.
La Macarena y la Virgen de los Ángeles de los Negritos.
Visitar los pasos en sus Iglesias, preparados para su salida, es de una gran belleza, y te hace sentir como un integrante más de las cofradías que los atienden. Es una bonita experiencia.
Los Negritos y Nazareno
Como de seguro comprendéis, aprovechar la estancia para seguir una buena ruta de cervecerías y restaurantes, donde paliar la sed y el hambre, es obligado. Así que en esta ocasión intentamos conocer lugares nuevos, y repetir en alguno imprescindible.
Para esto último “La Albariza” en Calle Betis.
Para lo otro un sin fin. Comimos en un restaurante de la Plaza Ponce de León que dio la talla, “Mesón del Bacalao”, y en una cervecería en su proximidad, en la Plaza de los Terceros, de la que toma su nombre, donde comer degustando tapas o raciones es muy recomendable.
Otro atractivo de Sevilla, el permanente, es la visita a los Parques y Monumentos que dejan libres las procesiones, la Torre del Oro, la Plaza de Toros de la Maestranza, los Reales Alcázares, la Plaza de España (construida sobre 1929 “para durar unos meses”), el Parque de María Luisa, el barrio de Santa Cruz, Triana. Para perderse horas paseando.
Y ahora a recordar y esperar al próximo año para repetir vista a Sevilla en Semana Santa.
Cristo de la Fundación de los Negritos
Un abrazo.
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